El engaño de la princesa narra la historia de Ginebra, una joven que el emblemático mago Merlín ha enviado para que se convierta en la esposa de Arturo. Todos en el reino de Camelot piensan que nuestra protagonista es una princesa, pero casi nadie sabe que el verdadero motivo por el que está allí es para evitar que la magia acabe con la ciudad del rey Arturo y se extienda por las fronteras del reino. Ginebra no es quién dice ser en realidad, es una impostora, nadie debe saber bajo ningún concepto su verdadero nombre. A pesar de ello, no tardará en descubrir la verdadera amenaza que acecha en el reino, e incluso sospecha que puede estar dentro de la propia corte acechando entre las sombras y buscando el momento idóneo para acabar con el joven rey.
Tras haber vivido siempre con magia a su alrededor y conocer de primera mano el sacrificio que conlleva el mal uso de este poder, el rey Arturo decide apartar todo tipo de magia de Camelot, aunque suponga llevarse todo por delante a su paso. Debido a esto, no tuvo más remedio que desterrar a una persona que ha permanecido a su lado desde su existencia, el mago Merlín, pero debe ser justo y si quiere que desaparezca la magia y la oscuridad en su reinado, no puede haber excepciones, por muy dolorosa que sea. Por lo tanto, la verdadera misión de Ginebra no es ser simplemente la reina de Camelot, sino proteger con su vida al propio Arturo de cualquier peligro que pueda ocasionarle algún mal. Es la persona más importante y quién debe perdurar en el trono para que siga habiendo paz y armonía en el reino, pero a veces no es suficiente, y nuestra protagonista deberá hacer uso de su destreza y astucia, aunque esté en contra de las reglas.
