Ni siquiera la depresión que lleva a rastras y que empieza a afectar a su capacidad de ver en color, hace que abandone su arte y sus dibujos, aunque lo vea todo en blanco y negro. Tres años después de la desgracia de su hermana Lark, Nix ha hecho todo lo posible por protegerse en la noche de Halloween para que no corra la misma suerte, pero todo vuelve a torcerse cuando el que desaparece es su tío, la persona que más le importa desde hace mucho tiempo. Por eso, y con la ayuda de Clarey seguirán el posible rastro que ha dejado, y terminarán atravesando un portal y se encontrarán dentro de una versión decadente de su propia ciudad, y que la propia Nix irá reconociendo ya que son sus propios bocetos y los seres que habitan en él los que han cobrado vida. Por lo que descubrirá que hay mucho más detrás de la maldición de su familia, y sobre su arte sobrenatural.