El retrato de Dorian Gray narra la historia de Dorian Gray, un joven apuesto y músico pero al mismo tiempo un tanto inseguro con lo que puedan pensar los demás de él. Su belleza es tan deslumbrante que cautiva a cualquiera que se acerque o esté a su alrededor. Un día en una fiesta conocerá a Basil Hallward, un pintor un tanto ermitaño con el que forjará una buena amistad. A raíz de su reciente relación, nuestro protagonista accederá a posar para Basil en uno de sus cuadros. Tras finalizar dicha obra, el pintor quedará tan satisfecho que nada más observar el cuadro confirmará que es su mejor obra creada. Tanto es así, que le regalará el lienzo a su querido amigo Dorian.
Tanto nuestro protagonista como el amigo de ambos Lord Henry, quedarán impresionados por la calidad de la pintura y la belleza que desprende y se asemeja a la perfección con Dorian Gray. A partir de ese momento las cosas empezarán a cambiar, y el joven Gray al llevarse la pintura a casa, comenzará a ver cambios en ella. Crecerá algo dentro de nuestro protagonista que le hará pensar que daría todo lo que fuera por ser tan bello como el cuadro y no envejecer nunca. Lo que no se espera al fin y al cabo es que su ansiado deseo se cumpla, pero no será como esperaba y poco a poco irá perdiendo la cordura de lo que es real de lo que no. Por lo que será una carga bastante pesada lograr la belleza eterna que tanto deseaba.
