Orfus es un planeta alienígena en el que habitan los Or'Uka. Toda la civilización teme que su hogar, La Última Ciudad, acabe muriendo debido a los cambios que está teniendo la atmósfera, que más que producir oxígeno, está empezando a producir veneno. Komawa, nuestro protagonista, se verá envuelto en un gran problema, ya que su hijo de pocos meses nació cuando la atmósfera estaba cambiando. Por lo tanto, debido a este inconveniente, su hijo nació con una extraña "mutación".
Esto para el rey Irkuz será una especie de aberración, una maldición que tendrá que extinguir si o si, aún teniendo que exterminar al 90% de la población. Komawa, junto a su mujer Aranna y su hijo Ruk, deberán esconderse para que no puedan encontrar al pequeño. Pero llegará a un punto en el que será casi imposible permanecer ocultos.
En la búsqueda por encontrar un lugar habitable y lejos de Irkuz y todo su ejército, Komawa y su familia se encontrarán con una familia de humanos. Todos juntos, intentarán conseguir salir de allí, hasta llegar al límite de dar su propia vida si hacía falta.
OPINIÓN PERSONAL:
Esta historia me ha atrapado de principio a fin. Me llamaba mucho la atención la temática de la trama, y me alegro muchísimo de haber leído este libro, y aunque no tuviese ni 200 páginas, este libro tiene un montón de requisitos para llegar a gustar al lector.
Me ha gustado mucho la fuerza y la valentía de Komawa por querer proteger a su familia con todo su ser. Nunca se rendía, y si llegaba a hacer el amago de hacerlo, al final salía adelante de una manera u otra. Las ganas que le echaba a la vida por querer darle un futuro a su pequeño Ruk superaban todo lo demás.
También me impresionó mucho que Rand, el humano padre de familia, quisiera ayudarles aún sin conocerles de nada. Esto me hizo pensar que no importaba ni la raza ni el planeta del que fueran cada uno, todos eran personas y en esos momentos de miedo y pánico se trataban como iguales. Ojalá esto pasase en el mundo real.
Lo que no me gustó fue las ansias de poder que le carcomía a Irkuz, el carecer de sentimientos hacia las personas lo cegó completamente hasta el límite. Aunque el final fuese un poco agridulce y terminara dándome un poco de pena, el autor lo hizo de la mejor manera posible, para así cerrar el final de la historia y no quedase ningún cabo suelto.
En conclusión, recomiendo este libro a aquellas personas que tengan ganas de leer una historia corta pero intensa, en el que quieran empatizar con los personajes y quieran abrirle las puertas a su imaginación.
Muchas gracias a Éride Ediciones por el ejemplar.
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