¡Muy buenas mis pelorricens!
Como os prometí por Instagram, os traigo (al fin) el post dedicado a mi viaje por tierras Italianas en Septiembre del año pasado. Quiero que os adentréis conmigo en estas dos ciudades que me han robado por completo el corazón y que os recomiendo infinitamente si os apasiona el arte. Como dice en el título, las ciudades que he tenido la suerte de visitar son Florencia y Milán, ambas situadas en Italia. Sabía de antemano que me iban a maravillar estos lugares, pero no pensé que fuera de esta manera. Tenía bastantes expectativas por recomendaciones de amigos y conocidos, pero la realidad supera mil veces la ficción. Aunque eso sí, si tengo que escoger entre una de las dos, me quedo con Firenze, no solo por haberla pateado y conocido más a fondo, sino también por todo el arte que tiene tanto dentro de los lugares emblemáticos como por las calles, es alucinante. Y sí, ya me enamoré de la anterior ciudad que visité el año anterior, pero Italia conquista por sí sola.
Para empezar, en las primeras fotos os muestro rincones de la ciudad que descubrimos el primer día. Pero la verdadera protagonista fue el Ponte Vecchio, uno de los puentes más famosos del mundo, y es de los pocos habitados que siguen conservándose. Este puente tan característico de la ciudad atraviesa el Río Arno. Tiene una de las peculiaridades más atrayentes como son las casas colgantes, uno de los símbolos del romanticismo y que podemos observar por toda la ciudad. Como anécdota de viajera os confesaré que perdí la cuenta de las veces que cruzamos este puente y otros muchos de la ciudad para disfrutarla de cabo a rabo.
Tengo que confesaros que cuando vi por primera vez el Duomo de Florencia me quedé con la boca abierta de la impresión que daba nada más verla en persona. Por más que la mirase, seguía eclipsada por semejante obra de arte tan imponente y con esos colores tan característicos. Pero no solamente encontramos la Catedral de Santa María del Fiore, ya que alrededor del Duomo podemos vislumbrar el Baptisterio de San Giovanni y el Campanario de Giotto. No pude resistirme a entrar en cada lugar para disfrutarlo por dentro y empaparme de todo el arte posible e intentar transmitirlo a través de las fotografías, pero como ya dije anteriormente, la cámara no llega a captar la verdadera belleza de aquel hipnótico lugar. Por eso, os animo a que vayáis a verla si tenéis la oportunidad y lo comprobéis por vosotros mismos.
Después os muestro otro de los emblemáticos puentes de Firenze. El Puente de Santa Trinidad se le conoce por ser el más antiguo del mundo y se encuentra entre el Ponte Vecchio y el Ponte de la Carraia. Y hablando del Puente de la Carraia, no solamente es muy conocida por haber sido el segundo puente que se construyó en la ciudad, sino también por su famosa heladería con su mismo nombre. Los helados de la Gelatería La Carraia estaban para morirse del gusto. Es verdad eso que dicen sobre los helados en Italia, nadie los supera en calidad/precio. Una de las tareas obligatorias si vais a cualquier lugar de Italia es comer helado, y en mi caso lo hice más de una vez, y no es para menos, ya que estaban deliciosos.
En los siguientes días, estuvimos callejeando y visitando museos y lugares emblemáticos de la ciudad. En primer lugar, os muestro una fotografía de la Fuente de Neptuno, situada en la Plaza de la Señoría y al lado del Palazzo Vecchio. Es una verdadera belleza conforme te acercas a ella. Esta obra también es conocida por el nombre Biancone. La siguiente foto es la conocida escultura del David de Miguel Ángel. La podéis encontrar en la Galería de la Academia. Conforme entras en una de las salas, la puedes ver de lejos, y es una sensación que no se puede describir. Junto al Duomo, esta escultura me ha impresionado mucho.
Después podéis ver el Monumento a Benvenuto Cellini, situado en el mismo Ponte Vecchio. Fue un escritor, orfebre y escultor italiano muy querido por los fiorentinos. El cuadro que os muestro a continuación es La Primavera de Botticelli, muy conocido por los italianos. Dicho cuadro lo podéis visitar en la Galeria Degli Uffizi, palacio y museo de Florencia que contiene una gran colección de arte de todo el mundo. Y por último, os enseño estas vistas con el Palacio Pitti detrás. Sin lugar a dudas, los Jardines de Boboli son inmensos y llenos de color y vida. En su interior hay varios museos con diferentes tipos de arte, y si dicho palacio impone desde fuera, no podéis ni imaginar como es por dentro.
Decidimos dedicar un día entero a una excursión a La Spezia, más concretamente Cinque Terre. Está compuesta por cinco ciudades: Riomaggiore, Manarola, Corniglia, Vernazza y Monterosso. Todas estas ciudades costeras forman en conjunto un parque natural con mucha abundancia de turistas y puedes ir de una a otra a través de un tren exclusivo del lugar. El día que fuimos hubo mucha afluencia de gente, pero igualmente fue una verdadera pasada. Respirar aire puro y tener estas vistas merecían la gran cantidad de escaleras que tuvimos que subir y bajar a lo largo de aquel día. Vuelvo a recalcar que las fotografías no les hacen justicia.
Cinque Terre está situada por la costa de la Riviera italiana. En cada una de las cinco ciudades tienen algo que las hace únicas. Desde casas coloridas, aguas cristalinas, terrazas empinadas, puertos llenos de botes pesqueros hasta trattorias que ofrecen especialidades de mariscos. Finalmente, terminamos el día viendo el atardecer desde la ciudad más hermosa para mí, Riomaggiore. Fue un completo espectáculo de colores y sombras, el lugar ideal para descansar después de un largo día sin parar de andar.
Finalmente, el viaje a Florencia terminó y dimos paso a Milán. Aunque no estuvimos un día entero, aprovechamos al máximo aquellas horas con maleta en mano. Al igual que con el Duomo de Florencia, nada más subir las escaleras del metro para llegar a Piazza del Duomo en Milán, volví a sentir un golpe de realidad con tanto arte allá por donde miraras. Si en fotografías impone, imaginaros lo que sentí al verlo de cerca y en persona. Aunque es una catedral diferente a la de Firenze, también tiene su toque gótico y característico de Italia. Es una verdadera preciosidad, y aumenta a gran escala si visitas el lugar cuando está amaneciendo o atardeciendo. Y por último, la Galleria Vittorio Emanuele, la más famosa de la ciudad. Es un lugar con muchas tiendas lujosas y colores y texturas que contrastan muy bien. Miréis por dónde miréis, vais a encontrar arte. Tanto en los techos como en los suelos, no podrás evitar quedarte mirando largo y tendido todo el arte que contiene.
Y esto es todo, Florencia y Milán son dos ciudades con mucha riqueza y arte allá donde pises y mires. Tenéis que visitar ambos lugares al menos una vez en vuestra vida, para que podáis sentir y empaparos de toda la cultura que emana desde los museos hasta las calles más escondidas.
¿Cuál es vuestra parte favorita de cada ciudad?
¿Qué otras ciudades de Italia me recomendáis visitar próximamente?
¡Nos leemos en los comentarios!
¡Hola! Italia es uno de los países que siempre he querido visitar. Ojalá pueda hacerlo algún día y disfrutarlo tanto como tú. Un besote :)
ResponderEliminarHola! Yo solo he estado en Roma y me encantó, me gustaría ver más de Italia, y comer más helados, jajaja! Gracias por la entrada.
ResponderEliminarUn saludo!
Buenaas
ResponderEliminarAiss siempre he querido ir, pero al final visito otro destino T.T ¡Qué viaje más chulo! <3